Economía

Dolarización: hay señales de que el FMI no se opondrá, pero tampoco la financiará

Martes, 27 de Febrero de 2024

El objetivo mediato del Gobierno es llegar a la dolarización pero para eso hace falta algo esencial: los dólares que el país no tiene. Cuál es el juego del Fondo y qué puede pasar ahora.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) no le prohibirá ni condicionará la vigencia de acuerdos al gobierno de Javier Milei si el libertario decide avanzar con el proceso dolarizador. Sin embargo, no le aportará un sólo dólar para este eventual fin ni para alternativas similares como un esquema de competencia de monedas, como tampoco flexibilizará las metas monetarias y de incremento de las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) fijadas en cero emisión y U$S 10.000 millones en azul.

El tema fue hablado personalmente entre Javier Milei y Gita Gopinath el jueves pasado durante la conversación de una hora cuarenta minutos que el Presidente y la número dos del FMI mantuvieron en la Casa de Gobierno. Y donde la subdirectora Gerente del organismo que conduce Kristalina Georgieva ponderó en líneas generales la línea económica del Gobierno, se asombró por la velocidad de cumplimiento de las metas del primer trimestre (ya logradas en enero) y reivindicó el ajuste fiscal aplicado por Javier Milei y la voluntad del jefe de Estado de asumir costos políticos que nunca nadie en su cargo quiso tomar.

Tal como adelantó MDZ, Gopinath advirtió sobre los costos sociales y de la clase media, mencionó el temor a algún tipo de asonada popular y se mostró algo preocupada por la manera en que el Presidente desmantela posibilidades de acuerdos políticos, algo que la economista indo-norteamericana viene reclamando desde el gobierno de Alberto Fernández, con Sergio Massa como ministro de Economía. 

Más allá de estos temas, hubo tiempo en la reunión del jueves de la semana pasada, para hablar de la idea dolarizadora de Javier Milei, y la verdadera posibilidad del FMI de apoyar o rechazar la medida. La visitante fue clara y directa. El organismo no financiará el intento. No habrá fondos frescos del FMI para ser utilizados en un fortalecimiento de las reservas del BCRA, con el objetivo de sumar fortaleza en la medición y comparación entre el activo circulante en pesos más la deuda exigible en corto plazo en moneda local, y las divisas de libre disponibilidad en la entidad financiera que maneja Santiago Bausilli.

Qué hace falta para dolarizar

Según los cálculos básicos que realiza el mercado local sobre la forma en que podría ejecutarse el cambio de régimen cambiario, el BCRA debería contabilizar no menos de 12.000 millones de dólares para que la posibilidad de una dolarización (o libre competencia de monedas) sea factible, mientras que la evolución de reservas del BCRA hacia mediados de año contabiliza un ritmo de crecimiento que le permitiría a Milei contar con entre 6.000 a 8.000 millones de dólares.

Para poder prensar en el inicio de un proceso dolarizador, el FMI (o cualquier otro prestamista o financista del proceso) tendría que destinar entre U$S 4.000 a 6.000 millones para que comience el camino. Ese dinero, quedó en claro en la visita de Gopinath, no será aportado por el FMI.

El argumento es bastante sólido. Y hasta algo diplomático. Las líneas habilitadas desde el FMI dentro de los acuerdos de Facilidades Extendidas o Stand By, se utilizan según los reglamentos del organismo, para cubrir necesidades de deuda (es el caso de la Argentina) o paliar alguna crisis momentánea y coyuntural.

En el caso de Argentina, el acuerdo de Facilidades Extendidas implica que el país recibe trimestralmente una cantidad de dinero en dólares cercana a los U$S 2.600 millones (la cifra puede crecer según la época del año), dinero que invariablemente debe utilizarse para pagarle al propio FMI para cumplir con los compromisos ya asumidos en la deuda tomada durante el gobierno de Mauricio Macri por unos U$S 44.700 millones.

Está en duda dentro del gobierno la posibilidad de activar unos U$S 9.000 millones, provenientes del acuerdo Stand By original habilitado para el gobierno de Macri (eran unos U$S 55.000 millones totales) y que cuya liquidación Alberto Fernández suspendió en diciembre de 2019, en uno de sus primeros actos de gobierno. La especulación en Buenos Aires es que, si el país cumple con los compromisos asumidos en la renegociación del crédito de Facilidades Extendidas de enero pasado y que hoy aplica como acuerdo vigente, podría discutirse la posibilidad de giro de ese dinero no liquidado en el Stand By de Macri.

El tema fue tratado en el encuentro entre Luis «Toto» Caputo y su equipo y Gopinath y su gente el miércoles de la semana pasada en el Palacio de Hacienda, donde se interpretó entre los locales que no había una negativa directa desde los visitantes. Y que era una cuestión a debatir en el segundo semestre, si el país cumplía con sus compromisos firmado en enero, algo en que el gobierno asegura que no habrá mayores problemas en lograr. Y que incluso, tanto las metas fiscales como monetarias y de reservas, cumplirán antes de lo acordado. Ajuste mediante.

Sin embargo, Gopinath dejó en claro que ese dinero siempre se debía contabilizar como fondos para cumplir las obligaciones de deuda que adquirió la Argentina con el organismo, y no para afrontar ni deuda corriente, ni para ejecutar política monetaria o cambiaria. Sólo, reiteró, atender obligaciones contraídas. Esto implica que no podrá Argentina mostrar ese dinero como parte de su propuesta contable dolarizadora, y asegurar que está garantizado a cierto valor el virtual y eventual canje de pesos por dólares.

Posición dura

Sin embargo, hay en el tema una buena noticia para Milei, Caputo y su gente. Gopinath también dejó en claro que no es función ni suya ni de ningún funcionario del FMI, poner en tela de juicio o regular la política cambiaria de la Argentina, como de ningún país socio del organismo. Y que la decisión de aplicar una política cambiaria de eliminación de la moneda doméstica, por los motivos que sean, es absoluta responsabilidad del gobierno que la ejecute.

Así, el gobierno de Javier Milei (como el de cualquier socio) es soberano de ejecutar la política macroeconómica, fiscal, monetaria y cambiaria que quiera. Lo único que se exigirá es el cumplimiento de las metas pactadas. Gopinath replica así la posición histórica del FMI, de no intromisión en las políticas monetarias y cambiarias, más allá de las opiniones que personalmente (o en conjunto) la gente del FMI pueda tener sobre cualquiera de las opciones.

Argentina tiene un antecedente importante en el tema. Durante los años ’90, nunca se mostró ni contrario ni a favor de la convertibilidad. No fue defendida en los mejores momentos del gobierno de Carlos Menem, con gestión de Domingo Felipe Cavallo en Economía, como luego tampoco fue un requisito su eliminación durante las negociaciones finales entre el gobierno de Fernando de la Rúa.

El FMI nunca pidió el desmantelamiento del uno a uno, ni su supervivencia. Donde siempre fue inflexible, fue en las condiciones fiscales para el sostenimiento del uno a uno en el tiempo. Se supone, ahora, que serían aún más duros en estos temas con el gobierno de Javier Milei.

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