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A 46 años de Argentina campeón en el Mundial 1978, siete anécdotas de aquella tarde en el Monumental

Martes, 25 de Junio 2024

El primer campeonato del mundo para la Albiceleste marcó un hito para el fútbol argentino, con historias detrás de la histórica consagración

El 25 de junio de 1978 llegó la primera estrella. Aquella tarde, Argentina venció 3-1 a Países Bajos y se consagró campeón del mundo en el estadio Monumental, en una jornada que dejó todo tipo de anécdotas e historias que decoraron la alegría de los argentinos, en medio de uno de los períodos más oscuros de su historia.

La Copa del Mundo se disputó en el país durante la dictadura y estuvo rodeada de polémica y cuestionamientos, pero los jugadores albicelestes saltaron a la cancha para cumplir el sueño de sus vidas. Tras un esquivo comienzo, Argentina avanzó de fase hasta llegar a la gran final ante la naranja mecánica, uno de los mejores equipos de la época.

Toda gran hazaña cuenta con historias y detalles pocos conocidos, por lo que esta no es la excepción. La consagración de la Argentina por primera vez desembocó en una movida popular de gran escala que dejó anécdotas para la posteridad, de las cuales algunas incluso parecen difíciles de repetir en la actualidad.

A 46 años de la primera estrella de la selección argentina, el recuerdo sigue vigente en la memoria de los futboleros, quienes festejaron los goles de Mario Alberto Kempes y las atajadas de Ubaldo “Pato” Fillol, así como todavía recuerdan a César Luis Menotti, cerebro y estratega de aquel equipo desde el banco de suplentes.

Siete perlitas del primer campeonato del Mundo en Argentina

El yeso de van de Kerkhof

Con ambos equipos ya en cancha, instantes después del saludo inicial, Daniel Pasarella le advirtió al árbitro italiano Sergio Gonella que René van de Kerkhof, número 10 de Países Bajos, tenía un yeso duro en su muñeca que podría representar un peligro para los futbolistas argentinos.

El capitán de la selección argentina le recriminó al juez que el vendaje era “antirreglamentario” y que podía ser utilizado para dañar a los jugadores albicelestes. Ante las protestas de los locales, Ruud Krol, capitán de la Naranja Mecánica, amenazó con retirar a su equipo de la cancha.

René van de Kerkhof disputó el Mundial 1978 con un yeso tras un golpe en el primer partido.

René van de Kerkhof disputó el Mundial 1978 con un yeso tras un golpe en el primer partido.

Mientras las protestas iban de ambas partes, el idioma fue un gran problemaPasarella reclamaba en castellano y Krol en inglés, pero Gonella solamente hablaba italiano. El árbitro intentó buscar ayuda en sus asistentes, el uruguayo Barreto y el austríaco Linemayr, hasta que el problema se resolvió.

Después de unos 10 minutos de máxima tensión en los que el partido se vio demorado, le quitaron el yeso a van de Kerkhof y lo vendaron nuevamente con una cinta más ligera, lo que permitió el comienzo de la gran final en el Monumental.

Sed de revancha

Cuatro años antes, durante el Mundial de Alemania 1974, Países Bajos le propinó una goleada 4-0 a la Argentina, con un contundente estilo de juego que lo llevó a la final de aquella edición. Siete de los once titulares en ese partido disputaron luego la final en 1978: Jongbloed, Krol, Jansen, Haan, Neeskens, Rep y Rensenbrink.

Esa derrota en Alemania fue un duro revés para la selección, que tras caer por 2-1 ante Brasil y empatar 1-1 con Alemania Oriental quedó fuera de la competencia en la segunda fase.

La paternidad en puerta

Ricardo La Volpe, arquero suplente de la selección argentina, vivió una particular situación ese 25 de junio, ya que horas después de ser campeón del mundo también fue padre. El guardameta de San Lorenzo había visto a su esposa en la concentración, pero no fue notificado de que ya contaba con síntomas previos al parto.

Una vez finalizado el encuentro, La Volpe atravesó uno de los momentos más trascendentes de su vida, tanto dentro como fuera de la cancha. “Apenas terminó el partido, el doctor Oliva me llamó aparte para decirme que estaba internada. Me sacaron en un patrullero desde el Monumental y así pude llegar lo antes posible para conocer a Sabrina”, relató.

Después de unos 10 minutos de máxima tensión en los que el partido se vio demorado, le quitaron el yeso a van de Kerkhof y lo vendaron nuevamente con una cinta más ligera, lo que permitió el comienzo de la gran final en el Monumental.

Sed de revancha

Cuatro años antes, durante el Mundial de Alemania 1974, Países Bajos le propinó una goleada 4-0 a la Argentina, con un contundente estilo de juego que lo llevó a la final de aquella edición. Siete de los once titulares en ese partido disputaron luego la final en 1978: Jongbloed, Krol, Jansen, Haan, Neeskens, Rep y Rensenbrink.

Esa derrota en Alemania fue un duro revés para la selección, que tras caer por 2-1 ante Brasil y empatar 1-1 con Alemania Oriental quedó fuera de la competencia en la segunda fase.

Casi de la misma manera, Jorge Olguín, uno de los jugadores más discutidos por la prensa, fue notificado que su esposa estaba en trabajo de parto, por lo que fue rápidamente llevado al hospital rodeado de patrulleros. “Las calles eran un delirio por los festejos, con todo cortado, por lo que se iban metiendo de contramano. Llegué a la clínica, pero era una falsa alarma”, explicó el defensor, quien un mes después fue padre de César, bautizado en homenaje al entrenador argentino.

Campeones sin descanso

Apenas 48 horas después de ser campeones del mundo, más precisamente el 27 de junio, tres futbolistas del plantel argentino saltaron a la cancha con sus clubes. Ese día, Independiente y River debutaron en la Copa Libertadores en medio de un ajustado calendario futbolístico y tuvieron la presencia de sus jugadores que formaron parte del seleccionado.

Norberto Alonso para River contra El Nacional y Rubén Pagnanini y Rubén Galván para Independiente ante Liga Deportiva Universitaria disputaron los partidos del certamen continental tan solo dos días después de levantar la Copa del Mundo. Unas 72 horas más tarde, se incorporaron Oscar Ortíz en el Millonario y Omar Larrosa en el Rojo, con los adversarios invertidos.

Qué pasaba si permanecía el empate

En caso de que el empate hubiera persistido, sin la existencia de los goles de Kempes y Bertoni en el tiempo extra, el encuentro no se definiría por los remates del punto penal, sino que ambos equipos deberían enfrentarse 48 horas más tarde en el Monumental, que allí sí podría terminar en empates si no se sacaban ventajas luego de un alargue.

Gol y a festejar. Kempes anotó en el alargue para darle nuevamente la ventaja a la Argentina.

Gol y a festejar. Kempes anotó en el alargue para darle nuevamente la ventaja a la Argentina.

El abrazo del alma

Entre la algarabía del campeonato y los festejos descontrolados, un hincha argentino ingresó al campo de juego y obtuvo por casualidad la foto de su vidaVíctor Dell´Aquilla, un hombre sin brazos, caminó por la cancha mientras se desataba la celebración, allí se encontró con Fillol abrazado a Tarantini sobre el césped con gran emoción. Al ver la escena, Ricardo Alfieri, reportero de El Gráfico, capturó el momento en el que Víctor abrazó a los dos futbolistas argentinos con el alma.

Víctor Dell´Aquilla ingresó al campo de juego y fue fotografiado junto a Fillol y Tarantini.

Víctor Dell´Aquilla ingresó al campo de juego y fue fotografiado junto a Fillol y Tarantini.

La vuelta en el Obelisco

En la madrugada del lunes 26 de junio, cuando solamente quedaban un grupo de argentinos celebrando frente al Obelisco, Menotti salió comprometido con cumplir una fuerte promesa. El Flaco relató así su festejo final: “Salimos en un auto por la avenida del Libertador, esperando que se despejara el centro de la ciudad de Buenos Aires. Estacionamos cerca del Obelisco, donde todavía había más de cien personas festejando. Me dio mucha vergüenza, pero se abrieron las puertas, salté a la calle y empecé a correr. Enseguida me di cuenta de que nadie me reconocía, porque era demasiado sorpresivo, hasta que un hombre gritó: `Menotti´. Todos se vinieron encima, pero llegué hasta la camioneta. Había cumplido la promesa de dar la vuelta olímpica al Obelisco”.

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